2 de abril de 2024

My favorite things - John Coltrane (1961)


Saxophone: John Coltrane
Piano: McCoy Tyner
Bass: Steve Davis
Drums: Elvin Jones


Pero sombras

Por Diego Karnoubi


No habrá, es solo un lugar
es lugar y se estropea con la lluvia
me pesa saberte húmeda y un poco entristecida

el mundo entero se agrupa a escuchar
ella grita y pretende luz pero escupe sombras
tan apagado que da miedo ser reflejo;

pronto todo volverá a reiniciarse
mientras, me veo sonriendo por la mañana
cuando no hay nada para hacer, hacer nada me gusta

y me preocupa no saber si sabré trepar, entre otras cosas,
se parece tanto a los otros intentos, alguien pero yo no
algo no es igual, un mundo a la par o me faltan proteínas

se siente distinto y como lechuga para despertarme...
necesitan pensar en otra cosa y dejar de leer lo que leo
un sanguche de queso juntos, bajo la lluvia, es todo

es este solo lugar, y vos que te estropeas con la lluvia,
me pedís que te planche? nunca logré alisar las mangas
girás, me tuerzo y trato, y aún así me pesa saberte húmeda

pero yo no.




30 de noviembre de 2023

Contra las cosas

Por Diego Karnoubi


Cada cual en su vacío,
de paredes lisas y puertas blancas
                    ventanas arriba, sin rejas pero muy arriba,

en los cuerpos fríos e intocables
el viento tenue y constante profana la rigidez de lo que vemos 

yo aprendí a perderte cuando te escucho
si te veo es más difícil
                    cierro los ojos pero me choco contra las cosas

a veces espero que vuelvas con mi nombre
otras tantas da lo mismo que seas, que te partas o te astilles
                    
                    abro los ojos pero me choco contra las cosas 


                    



16 de noviembre de 2023

Placebo

Por Diego Karnoubi


 Placebo del que escucha y encierra el motivo,

quizás intuye las palabras en lenguaje, y suena

la melodía que arrancaste, que partiste, la idea de volverte,

y que sangre lo que deba o tal vez muera el esperante;


y aún al nombrarte sin alma espero una botella, flotando,

la cabeza en balde con hielo, sogas me arrancan del sueño profundo,

ratas amigas caminando junto y dentro de mis ojos, suaves, gorditas, huyentes,


ratas lindas menos una,

más cuerdas y temerosas,


saben de quien escapan, a la vez, no saben alejarse.



4 de septiembre de 2021

Últimamente

Por Diego Karnoubi


Finalmente llegué, un borde,
me asomé y distinguí el hueco
¿Quién no se cansa alguna vez?
No vengo a explicarlo ya que es simple
se apagó y los días acompañan;

si yo pudiera ahondar en el abandono,
o si nadie necesitara escucharme
requiriendo mi mirada
dejar de empujar
atrapado y sin mirarlos

las serviles almas inconclusas
sin un paso más al frente,
cuando nada de lo que imaginábamos
ni siquiera una sola pieza, es;
ni la gente, ni sus rumbos, ni mis labios,

y se irá en silencio sin que nadie lo note,
o me iré en silencio y todo habrá cambiado.



5 de febrero de 2021

Unisonante

Por Diego Karnoubi


Pudiste verla, con las manos ensangrentadas de melodía, hamacando a la misma fuerza entre los dedos. Encontré una página húmeda de dolor y alegría, unisonante, cuando el zarpazo tenue de sus labios delimitan levantando diferencias entre humano y otra cosa. Pudiste verla trastocando la calma. Yo de pronto me convierto en indeseable, inestable, prescindible lo confieso. Pero aquí estoy inmerso en el sueño de su voluntad aceptando todo aquello que sucede lejos y me roza con sus notas.




24 de agosto de 2020

Un sueño más largo

Por Diego Karnoubi


Esperabas, qué esperabas, o será que a dónde fue tu sueño se volvió cenizas, sueño tan corto y preciso, un desajuste de sensaciones atroces e incrustadas, salvaje síntoma de la perfidia o el desamparo. El lugar nos está faltando y hay segundos que quisiera no contarlos, aún siendo yo tan blando de memoria se hacen presente y se mastican la armonía de tu abrazo. En el paisaje transformado de los días voy a seguir esperando los latidos, tus manos, las palabras que no sé decir; y volveremos a ser los que reíamos con más risa, viajábamos más lejos, los de los sueños más largos.



11 de abril de 2020

Escondidos

Por Diego Karnoubi


En el encierro que agudiza las preguntas, pretendiendo interpelar cada paso, los pasados, el presente y lo que tal vez siga; en el recuadro puesto a nuestros días echados a dormir en un rincón te puedo escuchar, sé que estás del otro lado y no sé si hay alguien más. Son las once de la noche de cada día posible y son todos tan iguales. Sé que estás en alguna parte del escondite en el que nos hemos metido, cada uno por su cuenta y temerosos de encontrarnos. Llevamos la muerte a cuestas, parece, en nuestra sangre la cargamos disfrazada de abrazo, en las palabras se desliza y en el cariño fraterno oculta la daga que perfora nuestros sueños más antiguos; el inicio de lo que fuimos hasta ayer, ese que se echó a perder en la puerta del presente inmenso que se dibuja en el cielo como una masa amorfa bañada de incertidumbre, áspera y solitaria. De pie me encuentro esperando el momento de ser libre, la hora de escapar del miedo y encontrarnos sólo para vernos más de cerca, y si de algo hay que morir al menos será de la mano, mirándote a los ojos, alejado del encierro de esta distancia que abruma.




Por la vuelta... y lo que vendrá (10/2019)

Por Diego Karnoubi


Y preguntás lo que vendrá, y yo que nada sé trato de contener el aluvión de sentimientos que hoy te invaden. De algún modo trato de sujetarte lo más firme, tratando de disimular que lo que ignoro es casi tan grande como el hueco desde el que miro el mundo. Vos sabés, o eso espero, que si estoy en pie es sólo para poder mirarte. Lo que duele del paso del tiempo no son los años, para nada, lo que duele son los heridos, el cariño abandonado, el amor cuando se ensucia, la carne cuando ya no resiste y pretende deshacerse en la memoria como si eso fuera posible. Pero mis respuestas siempre van a ser certeras, lo que ignoro casi no se ve. Lo que vendrá será esta misma incógnita e igual que hoy será juntos. La única certeza posible, la verdad más transparente, mi declaración de eternidad.


25 de octubre de 2019

Artimañas (7/2019)

Por Diego Karnoubi


Pudiera haber sido carnada de sueños, cosida al anzuelo arrojada al mar y que un pez se haga muerte al abrazarse al traicionero metal del que engaña en artimañas de necesidad con el afán de obtener su recompensa. Hubieses sido parte de quien complota en contra del esfuerzo, y digo hubieses porque dejo una milésima de una parte de la posibilidad que hayas nunca entendido la verdad que en el aire se destila como verdad más o menos razonable. Más no hay razones verdaderas en este entuerto y mucho menos verdades razonables para poder comprender el chispazo de luz que deja una ilusión al sentirse timado en la sencilla voluntad de sobrevivir a esta marea de incoherencias. Carnada y pez, ambos atrapados en el mismo anzuelo.




Equilibrio (7/2019)

Por Diego Karnoubi


Sirvientes creadores de verdades adyacentes conformándose con lo poco que dejan de alegría. Fueron sangre en el pasado, devoción, respeto y referencia, pero al fin y al cabo esa fue mi fantasía. En los días fríos de Julio volveré a vivir la ilusión de aquel que existe a la par y que lucha por tus luchas, y que sueña por tus sueños en lealtad confinada. Mientras tanto veo al ave carroñera atacar los nidos de los teros y hago como si nada pasara. Es que la vida es insoportable en cada dolor de quien respira en el fino aire que se convierte en súplica. El equilibrio del alma es tan frágil hermosa, no te das una idea.



17 de abril de 2019

Primero

Por Diego Karnoubi

No debiera transitar el camino si tus pasos no se sienten por lo que logro asegurar, contra toda forma de destino, que el silencio primero será el mío y nunca uno distinto. En el entramado de los tiempos y necesidades me formé a la sombra de tus valores y crecí un poco más que el resto de los días precedentes. Lamentable es que el monstruo que en mi dormía no ha muerto, y por más que sepa que es monstruo encerrado no deja de atormentar algún momento de distracción. Pero tengo claro que el arrullo de sus días es el sonido de tu estar cerca de aquí. El silencio primero te aseguro será el mío y lo digo con testigos y lo escribo y lo recito. El silencio que apaga, mi silencio que abandona, y después te dejo en libertad.


24 de diciembre de 2018

Tu mano pesa más de lo previsto

Por Diego Karnoubi


Tu mano, tu mano pesa más de lo previsto, tan perezosa para el saludo y hábil para el pretexto. Tu mano aprendió a justificarse escondida objetando prioridades para enarbolar la bandera del tiempo limitado. Y aunque en inicio me propuse contar de todos aquellos que aparecieron para sacar el bote que amagaba su naufragio surgieron sin querer tus manos, tan limpias, tan suaves como esquivas previstas de prioridades e incuestionables; tus manos pesadas. En calma puedo contarlo, que no hay tristeza y eso te incluye. Sos parte de lo que cuento porque hubo días en que te pensaba despierto. Y ayer soñé que te encontraba, era un sueño distante pero eras vos, te lo aseguro, vos inventada por un yo dormido que te suponía quizás, te sostenía. Ya despierto uno sacude la cabeza, pone los pies en el suelo, se pregunta mil cosas y al fin se dispone a repetir el ejercicio de olvidar.



6 de septiembre de 2018

Cotas

Por Diego Karnoubi


Situado frente a los sauces,
llovidos,
despierto en parte;

               disiento de la verdad que tendrás para contarme
sin palabra escrita hábil de convencernos tanto a mi como a quien fui;
pasa que desde el suelo se ve todo tan alto, inalcanzable

y poco el tiempo
el error y el acierto
honor, honestidad, bondad  } la coartada

porque olvidar se estira tanto;
tu mirada sigue teniendo tus ojos y tu perfume tu pasado
yo ni siquiera entiendo lo que leo, ni te veo ni te huelo;

tampoco espero impaciente

solo estás como yo, pero yo abajo, sub-suelo
allá estás vos, en otro lado distinto, desnivel cota +

finalmente indivisable desde aquí, no real,
la suposición que sos y no otra cosa,

aunque yo sé que lo que fui aún vive por el barrio
no gusta de alejarse, le cuesta decidir
no quiere volver ni quedarse;

simular normalidad es tan sencillo
sin embargo complicado es creer que aún existo.



17 de junio de 2018

Impregnancia

Por Diego Karnoubi



Son una o dos cosas a la vez; primero es despertarse
                  después quizás seguir despertando y no poder
    ... pero creyendo en algo, o casi,
y el después después es darse cuenta
                    al fin detestar esa segunda verdad unisonante

cuando dejás de ser por impregnancia absoluto
                  embebido en tropiezos, tumbos y pergaminos mojados
    ... vivir dudando en la memoria, casi mutando
naciendo al límite torpe que divide al sol de otras estrellas
                  invisible malecón que nos aleja del coraje que ni arrima

Sin negar nada existido no puedo jurar a quien quería
                  el paso atropellado borrando identidades
     ... sucesos negados de razón, existencia y piedad
de día crecía, y durante recorría el sueño a sabiendas trunco
                  pues fue así que despertar se transformó en monotonía





Papel seco

Por Diego Karnoubi


Cuando te quedas ahí,
destetado del presente aunque aun incandescente
parque de cosas incongruentes que la vida te pretende
pagando cifras inmundas de diez frases jodidas y destempladas
al decir que aún alguna astilla mía lo intenta al rebelarse a las creencias
porque a veces te escucho decir, a veces explotan, estallan,

días que parecen con tardes que me aburren con noches que ni importan,
papel seco, tinta vieja, pasos cortos, y allí mismo es el final.





Yo sé

Por Diego Karnoubi


Alguna vez pensaste en ocultarte,
muy detrás,
         defender la calma en el regazo de futuros, uno mejor
con la intención de esquivar lo necesario, detrás de algo,
acabado de pintar el suero que te consume, que te escupe,
lastima
arde

yo sé quisiste corresponder con actos convicciones
al fin, todo diluido



13 de marzo de 2018

Dislocar

Por Diego Karnoub

Te o te vi partirte, dislocar el pensamiento mientras pasabas entre melodías que sé son irrepetibles, el free jazz de los recuerdos que quien sabe si están empezando a existir, si es persistencia o es simple ocaso. Pues no hay sigilo, el tiempo apremia y por más que haya esperado los tantos años un gesto oxigenado, el carburante de esos pasos no hace más que contaminar con rigidez cualquier posible tal vez.

No te culpo pero ya no espero. No te quiero pero no te culpo
pero no te quiero cerca para que lijes la superficie de todo lo bueno,
ni te espero en el desenlace demorado.
No te culpo.

Y lamento ferozmente este punto en que ni siquiera siento pena por despedirte.




17 de diciembre de 2017

Justifican lo mío

Por Diego Karnoubi


te descubres ignorado justificando tus ignorancias
y de tanto miedo que tuvieron ocultaron amaneceres,
                                                 justificaron lo obscuro

tus pasos, que no son tibios, que no son suaves ni que acompañan
o las palabras que hubiera querido y nunca cruzaron el umbral del tiempo
                                                  esas justifican lo mío

me desperezo luego de un rato sabiendo la incertidumbre
entumecido por esa espera, silenciado de ira y cosas
                                                  y cosas que aún silencio

despierto, calmado, lleno de rojos, negros y palabras tachadas
como un sociópata consciente de su falta de empatía
                                                 negros y rojos, resignados

si así fuera que culminan los amores más antiguos, si así duelen,
por si acaso si así temen a lo sensato de las cosas,
                                                 te prohibo recordarme para siempre

ya soy nadie, somos vacío, ni yo vengo de allí ni vos venís conmigo.




1 de octubre de 2017

Para caer nacieron

Por Diego Karnoubi


uno planta la semilla, que no crece, en alguna vez, un no crece,
que no ve la luz, ni la noche ni de día, arrastra...
en que parte de la tierra seca uno no ve? por aferrado tal pueda ser, tal vez,
de la no tierra infértil: que parte de la muerte de las cosas?
el susurro chato de las voces tan cobardes que por piedad aún no aplasto

no aplasto de pena, no arranco más que de su idea inclinada

la semilla que no crece abstenida de soberbia y de clamores
en charco de dudas y esperandos, el golpecito en el hombro, sonrisa
y esos dedos que señalan su abandono aterrado de conformes
para quedarse pegaditos en alianza de temerosas diatribas

van repicando los pasos, escuchás el pisoteo de los que temen?

andanada de unos cuantos que se agolpan y que empujan
ves el frente, ves el centro más no será jamás su reflejo, que será?
y es más fácil creer el destino, e inevitable, en los otros que cometen
de los pocos que no callan a la hora del abismo y se enfrentan al vacío

que para caer nacieron, que para aguardar, que surgir;
                                                                     prefiero a los que han vivido.


17 de junio de 2017

La postura de las ansias

Por Diego Karnoubi


Por si acaso
un supuesto de fuerza que empuja

misantropía colorida que recrea pasados suculentos
     aferrada si

que no existen ni en un antes ni en ahora,
     aunque no por distancias es pasado

     ni por tiempo es absorbido y sigo en calma;
     aferrado, también

y puesto en pose de pensar cosas sensatas
     mientras me despido tratando de no hablar

el reojo inevitable de saber si aún mirabas
     aturdido de muchas cosas
   
     más de cien formas de esperar ese algo que se espera
     suponiendo esta ansiedad
     la postura de las ansias
   
     que en verdad no
     sólo es escrito
   
     esta vez



   
    

7 de abril de 2017

Nada más que ganas de hablar

Por Diego Karnoubi


Te diseño oscura o como fuera que te recuerde. Pudiste haber sido lo que no se borra y sin embargo el agua resultó erosiva de tus colores pastel. Borraste con el codo lo que nunca hubieses escrito y justo antes de prevalecer tu idea en el imaginario de quienes creían ver en mi el destino pegado a tus ojos te apareciste con aquello que nunca hubiese creído, y aún si no te hubiese conocido lo suficiente me hubiese resultado curioso, extraño. Por suerte tengo esa capacidad de no acordarme de absolutamente nada en esta vida, entonces la gente patina, sus ideales patinan antes que en su espíritu, y mis sueños ya no son sueños ni recuerdos porque ya no sé que soñaba y mis recuerdos se despegan del tiempo. Ni siquiera recuerdo quien era yo al momento de esperarte. Esperar es para los que recuerdan, yo sólo estoy detenido en este sitio tal vez porque alguien debería haber pasado. Hoy contemplo. Hoy te conozco, estoy seguro, y sólo eso será. Estoy observando, y no hay lugar que me resulte familiar esta noche. Ni una cara conocida, ni un olor ni el sabor de la comida. Afortunadamente ni siquiera pretendo recordar.


17 de noviembre de 2016

Mientras resbalo

Por Diego Karnoubi


Te cubro, doblo, ejerzo la fuerza que te rompe en pedazos y trato de no reconocerte en el espejo. Claro es que ya no soy el mismo; mas así siendo las cosas, me cuesta comprenderte en el nuevo mundo que te instala a prudente distancia espiritual o de cualquier índole. Te estiro, amaso, te sujeto por detrás y te empujo al vacío. Te hago trizas si puedo, te  hago astillas y relato tu destrozo. Me ves corriendo y es porque corro. Me vez partiendo y es por apuro. Desgarro la noche y me declaro culpable de los horribles pensamientos. Ya acabarán, cada uno, y mientras sueño con el vacío me pregunto como se pliegan un par de recuerdos. Los doblo, los estiro, te hago un bollito, mientras tanto, te hago un suspiro mientras resbalo.






19 de octubre de 2016

Una imagen

Por Diego Karnoubi


Me disfrazo para encontrarte en el saliente de las mismas condiciones, o me río exagerando lo infeliz habido en pasados distintos; todo para observarte allí, entre los tuyos que se ajenan de mi cada vez que hay un recuerdo, creí o quise. Lamento contradecirte al contarte del mundo envejecido, arrugado de ideas, disfrazado de vanguardia que corroe el corazón de las frutas, las raíces del aire, lo corroe todo. Naima expandida en aguas turbias que en tu nado sólo te explican lo sencillo de sujetarte a la orilla de las cosas, la imagen del océano violento y la idea de la lucha inexistente. Imagen. Me quedo con esto porque lo es casi todo, una foto de lo que quise ser, no fui, parecer.


7 de octubre de 2016

Irremediable

Por Diego Karnoubi


Está claro que soy dueño de una suerte irremediable. Gané sin demasiado esfuerzo la gimnasia del olvido, adonde no queda más que un hoy precario y una previa realidad que se supone sólo por palabra de aquellos en los que confío mi historia. Redescubrir a cada momento la novedad del pasado lejano es la salvación, no sin resquemores, de quien camina sobre sus pasos creyéndose aventurero. Hoy la vi sonreír respetuosa como siempre, y la distancia no fue más que la necesaria. Ya no existe lo que suponía existía; no conviven en el mundo lo que yo viví, lo que olvidé, lo que aprendí de escuchar al resto y la realidad abstracta de la que ningún intérprete podrá adueñarse. Dueño de la suerte cruda que habita en la química de este cuerpo afirmado en el oprobio de los hechos disueltos, soy, certeramente, el hombre olvidado por sí mismo. Y sin tratar de desmerecer a los memoriosos del mundo quiero que sepan que soy yo el afortunado. Sin demasiados detalles, y a grandes rasgos, la vida se descubre sin reglas, casi a contramano de este caos de egos, bronces y destinos que por más cenicientos que se sepan cargan sobre sus hombros el peso de saberse dueños de un pasado que los define a cada paso, en cada palabra, hasta el último de sus futuros posibles.


24 de septiembre de 2016

El resto

Por Diego Karnoubi


Cuatro nombres tuve, todos tapados por la sombra avergonzada de aquellos que señalaban mi ausencia con descaro. Vos estabas allí observando mi color gris, jugando a ser rebelde entre aquello que nunca sabría rebelarse. Y fue así que enmarcaste la comodidad pintada de tinta fantasía, y como si nada hubiera pasado sonreíste porvenires. Mientras tanto ya no te espero, y lo malo es que no molesta. El conflicto está en el resto de las cosas, esto de no esperar de nadie más que el olvido hasta que el tiempo me gaste por completo, a mi y a todo. El resto me rodea, y así hasta el final.





22 de septiembre de 2016

Violencia del escondido

Por Diego Karnoubi


Viste sobre el tablero una escena confusa
                        te hacía feliz poder actuar
aseguro que en la parodia de los días, bien seguro,
volverías a ocultarme por vergüenza, vanidad o cobardía

nunca pero nunca me habrás de ver apenado de cicatrices
                  recordaba acurrucado y ocluido mi silencio
te fuiste asegurando el mínimo de penas, te reencontraste,
y al fin quedó olvidado aquello que no habrías comenzado

puesto que en la segunda oportunidad ya no hay amnesia
                 sabrás no perdonar lo que en mí no perdonaste
que por fortuna desistí del dolor de ser esclavo
de recordarte con violencia, de aguardarte con sigilo

en la vasta noche que se extiende, desde el norte, por lo bajo, escondido.





17 de agosto de 2016

Un puente

Por Diego Karnoubi


Porque existe ese día adonde de tanta confusión
   sé que alguien caerá vencido a sus pies y ya no importa
   ni sus pasos, no importa ni bondad, el lugar ni si lo intenta,
porque existe en la noche un purgatorio para ateos supersticiosos
   que no vale cuantas veces lo repitan, el camino o el supuesto
   como si el triunfo no fuera una rifa o decidieran los que sueñan para siempres.
Es que hay tanta desilusión, que construyo un puente hacia el ocaso
   pasando por arriba el saber lo que no cuentan y sus verdaderas intenciones
   ni sus pasos, no importa ni bondad, ni el hogar que se evapora
Para quedarse con sus premios agotados y enroscados en nosotros ficticios
   puente a mano que construyo para transportar mis sueños
   por sobre aquellos que no entienden el daño que han causado;

yace la serena cordura aplastada en el camino, alguien caerá vencido y lo sé;
un puente, no importa sobre dónde, es cuestión de pasar sin mirar atrás.






4 de agosto de 2016

Un día ocupado

Y si la felicidad tuviera un color, vaya a saber que color sería; ninguno me hace especialmente feliz. Tal vez un sabor. Si fuera un sabor podría ser el del dulce de leche, veganismo aparte. O papas fritas bien crocantes. Si fuese un día de la semana nunca sería Martes, los martes no me gustan. Cualquier otro día podría ser feliz pero no el martes. Si pudiera elegir una cosa para identificar la felicidad posiblemente sería algo con ruedas que me pueda llevar de un lado al otro, lejos. Si fuera un recuerdo, ahí tengo unos cuantos a los que recurro cuando me siento bien. Nunca hay que recurrir a un buen recuerdo cuando uno se siente mal, puede ser peligroso y llevarnos a creer que el pasado es una felicidad constante de recuerdos como ese. Un buen recuerdo se recuerda bien cuando uno está feliz y punto. Pero lo más difícil es definir la felicidad como una palabra con significado propio, aunque tal cosa no existe. Según la RAE significa "Estado de grata satisfacción espiritual y física". Parece más definición de político que otra cosa. No dice nada. Estado de gran satisfacción espiritual y física promovida por qué me pregunto. Y a cada cual le corresponden sus motivos, muy distintos por cierto, tan variados. Entonces "felicidad" es todo a la vez por definición, depende de todos. Por ende podemos ser feliz con cualquier cosa? Si uno pudiera ponerse en el lugar del otro, siempre que ese otro está feliz, podríamos ser felices siempre; pero por alguna razón siempre nos piden ponernos en el lugar del otro cuando sufre, para entenderlo, para ser compasivos o tolerantes. No sé, creo que prefiero ponerme en el lugar del otro cuando está feliz y entenderlo en esos momentos. Bien, no sé a que viene todo esto que de poético no tiene demasiado. Ganas de contar un pensamiento en un día que tengo que hacer muchas cosas y en el que voy a hacer muy pocas. Parte de querer ser feliz supongo.


3 de agosto de 2016

Nada

Por Diego Karnoubi


Saber sin ser la muerte, pero esperar
la canción del tumulto que corre y se desliza abrumada
escapando a las caricias que dialogan de futuros desolados;
saber sin ser la muerte, pero correr
la expresión del gentío que espera y se detiene agitado
escapado del sitio al que esperan no regresar;
sin saber ni ser la muerte, ni vida, ni aire
la explicación del cúmulo de voces en el siempre griterío
extraña forma de aguardar a que desaparezcan los recuerdos;

a sabiendas, en el ocaso, ya no habrá de quedar nada.




12 de junio de 2016

Lo demás

Por Diego Karnoubi


Hoy, despertar incómodo. Desconozco el sentido, irrefrenable, del alud de conciencia al reafirmar que finalmente es uno el que sigue, próximo, destino, cercano. Tan extraño se vive en este otoño que ya no siento voluntad de volver por mis cosas olvidadas; alguien las tomará y serán sus cosas. La posta de los sueños que deja en manos ajenas todo el sentido, las luces, el sonido. Será el frío que retrae la fantasía o el cansancio de estos días con más obligados que energía. Y lo que soñaba se despertó culminando la noche larga de las ilusiones. Ya no sueño ni quiero por el simple hecho de no querer, la negación orgullosa del decidir, felicidad por privación, alegría del no perder aquello que no se anhela evitando la acumulación del resignarse.

Por si acaso hoy me levanté otoñalmente incómodo, rodeado de frío y otras cosas que no importan. Mis gatos se aseguraron que abra los ojos al amanecer y acompañando con su mirada decidieron los primeros pasos del día. Ellos acomodan, ponen en su lugar cada cosa. Después el resto de mi vida, la que sale a la calle, la del otoño, la del ruido y como te venía diciendo, lo demás, el relleno del mundo.








2 de junio de 2016

Te cuento

Por Diego Karnoubi


Te cuento
  acabo de descolgar la luna que guardaba
  por si acaso guardaba
          en la noche
ya no habrá más luz, por un tiempo, te cuento
  acabo de descolgar tu sonrisa
  apareció pegada, desteñida, asimilada y débil
          es más cómodo
El tiempo agotó fortunas
   confundiste mi sonrisa con su engaño,
   y en la escena de la mentira feliz que hoy retratan
          un mundo aplaude hedonista
Entonces el valor de la vida será
   pretendernos eternos aun saltando en la hoguera
   olvidarnos adonde nos sujetamos en el ocaso
         en la noche oscura del silencio
Porque aún recuerdo aquel naufragio
   hoy descolgué la luna que te guardaba
   en la noche hermosa, en tu piel brillante
        por un tiempo
               o para siempre, será.





     

31 de mayo de 2016

Ruby, my dear

Por Diego Karnoubi


Por fin al decirlo lo limpio, voy a sentarme a esperar aún sin esperanzas. Empiezo a entender quien soy. Aún en climas oscuros con viento que sopla del centro hacia afuera, expulsando, alejando, presumiendo el poder de distanciarse de todos aquellos que infructuosamente quisimos retener hasta que se apagara la mañana. Pero, sabido es, la mañana es opacamente iluminada, desbrillada encandilante repleta de sinfines y sujetos pensamientos que te abalanzan sobre mi hasta el día que deje de ser yo mismo, yo mismo con vos, yo mismo con nadie, sentado a esperar olvidar el único recuerdo que quisiera recordar extrangulando pasados inventados por esta voluntad de responder mi presente indeseado. Y por motivo desconocido Monk y Coltrane te traen de frente, embisten contra mí aplastando aquello que supuse ser, justificación de mis pensamientos, como siempre, al responder sobre tu nombre aquello que no soy, aunque éramos perfectos, aunque dolía, aunque nunca logre entender los pasos que toma la humanidad al relegar la verdad.



21 de mayo de 2016

Pedir

Por Diego Karnoubi


Una sola vez pedí,
una sola a cada uno

entonces,
adonde hubo pasado cada palabra,
cada hecho sucedáneo nació

y aún siendo la misma vida
en nada se parece, ni por gusto ni color.





13 de abril de 2016

Canjear la sensatez

Por Diego Karnoubi


Es la melodía incrustada, adherida a la carne, y quema,
de dolor que transfiere un saldo pendiente de comezón por negligencia,

abrió en sendero tu casa en recuerdo y en sueño las noches que no duermo,
y morimos la oscuridad sin luna; yo ya en tierra, vos volando por el cielo,

y al momento en que incumbe la melodía en esta historia, división perdida,
por las dudas saldré corriendo hasta tu puerta, tal vez para recordar,

que seguís detenida en el tiempo del revés de los amores
o tus pasos que no enhuellan la pisoteada alegría del recuerdo
mientras, al son del descascararme te obligo a canjear la sensatez;

y de a poquito te vas desvaneciendo, así de simple, así de linda como siempre.






1 de abril de 2016

Tus razones

Por Diego Karnoubi


Cadatanto trato de respirar
Cadatanto... Trato de encontrarte así casual
                    durmiendo tus razones en mis dudas

Cadatanto tomo aire y te respiro
Cadatanto... Me asfixio dentro del frasco de tus miradas
                     arrastro mis entrañas, las encadeno, las torturo

Cadatanto te grito y me siento a esperar
Cadatanto... Tu Silencio abruma la conciencia
                     te arrastro entre mis sueños y sujeto tu en mi espanto

Cadatanto cargo mis sueños y apunto
Cadatanto... Al sacar a pasear al olvido, intuyo,
                     el dolor es más mío que antes,

                    el horror de alejarte es tuyo.




               

21 de marzo de 2016

Hora

Por Diego Karnoubi


Es hora de dormir, o de olvidar, o de cansarse; de dejar de buscar lo que no puedo dejar de buscar, de no pasar y mirar de reojo no de frente ni por donde o en qué lugar la prueba de que aún permanece ocupando el sitio, ese sitio, pisando mis pasos, muriendo mis días vividos, muriendo cualquier día de su ingrato, viviendo lo que secó en tu alma tan colmada de desinterés que dan ganas de gritar "injusticia". Tan. Es hora. No sé si será fácil, tan fácil, en este caos de recuerdos que es mi vida no olvidada justo después tuyo, un poquito antes de esto que ahora creo ser. Y lo que queda del porvenir que está tan lleno de gusto a destierro.





6 de marzo de 2016

Por Diego Karnoubi


No veo un sólo arco iris,
nada más te escucho ocultar algunas palabras.

A veces, excepcionales veces, te pediría coraje. Otras tantas sólo ceguera.



2 de marzo de 2016

Esperar contando

Por Diego Karnoubi


El modo de seguir, el próximo silencio
el recuerdo de un recuerdo todavía aferrado
¿es tiempo pasado o tiempo perdido?
¿obligado a pensarlo? ¿idilio? ¿descuido?

me abruma la verdad de la gente, casi toda
viviendo más allá, del otro lado del puente,
¿ya cuanto soñamos si fue que lo hicimos?
¿pedimos por siempres? ¿acaso reímos?

el tiempo poblado que es tiempo vacío
ocultando media vida y otra media sin perdón
cuando supe mis falencias era tarde ¿era noche?
¿ya sabías quien vendría? ¿ya tenías la razón?

será que al morir las cosas en el cuerpo se te pegan
será que te faltaron palabras o quizás a mí escuchar
¿será que ya estaba perdido? ¿alérgico? ¿cautivo?
será a fin de cuentas que ya no quiero contar.




26 de febrero de 2016

Reírse diferente

Por Diego Karnoubi


Todos tenemos nuestra forma de sonreír y ninguna debería ser puesta a juicio. Trato aquí de entender y explicar algunas preguntas que me hago. Y lo primero que me viene a la cabeza es su significado. Es un reflejo de felicidad de la más pura? La felicidad en su medida justa en un momento bien marcado, delineado por un comienzo y final definible. Será?

Porque al hablar de risas sabemos que son tan distintas y caen al vacío de un instante incalculable por motivos tan disímiles. Y cada cual a lo suyo diríamos. La risa es como una huella digital de la personalidad. Están los que explotan tan sonoramente que difícilmente haya alguien en el barrio que no se entere que tan feliz estaba. Aquel que no abre la boca y con una mueca nos pinta un sueño de aceptación y complicidad. Está la risa aguda, la risa "canto de pájaro", la risa atragantada y la risa mojada, esa que se produce en el mismo instante en que estábamos tomando algo. La risa de foto. Todas esconden algo, puede ser, pero es tan visible su color alegría que nadie puede negarse a acompañar el momento al menos con otra risa más pequeña que comparte esencia y voluntad.


Pero también, y aquí es donde nacen todas mis dudas acerca de lo contado, hay quienes prefieren reírse sin reír, la risa sin alma ni libertad. Son risas coloridas y que dejan tan vacío todo, que al producir el contagio se genera una extraña empatía de felicidad ausente dejando sólo a la voluntad de esa alegría reflejada ocupar el puesto de combatiente y cabeza de una idea absurda de creer que lo que aparenta alegría es alegría, y que las propias dudas y debilidades serán tapadas por la encantadora mueca de nada, pintada de sonrisa y perseverancia.

Como si la felicidad radicara en conformarse con un dibujo de sonrisa. Como si todo el trabajo puesto en empatizar con esa alegría diera algún fruto que no sea el mismo vacío, la misma partida de las cosas, abrazos, silencios cómplices. De alguna manera estas sonrisas me hacen pensar si la felicidad existe o en este mundo sólo hay buenos y malos actores adentro de cada uno de nosotros.

No voy a negarlo, trato de no reír cuando no tengo motivos, y desde chico si me levanto feliz me cuestiono la felicidad. En algún lugar perdí lo espontáneo de las cosas y nada pasa por delante sin que me pregunte por qué pasó, a qué debo atribuírselo, quién estará ganando y quien perdiendo por ese pasar. No lo siento un premio, pero es así. No pretendo ser distinto porque "ser distinto" sería dejar de ser, convertirme en nada. Y como de cada cosa se puede sacar lo bueno, en mi caso lo bueno está en detectar cada detalle de cada cosa, de cada persona, de cada lugar y cada palabra. En todas las preguntas viven todas las respuestas. Por eso creo que encontré algo en una sonrisa, lo vi en una foto, vi los ojos que no coinciden con la boca y la mueca alegre que es tan trágica como incierta.

Seremos actores? La risa es exhibición impúdica de todo lo que quiero que los demás vean de mí? Es exhibir lo que uno no siente pero quisiera? Es actuar un reflejo? Esa risa es a veces un reflejo de nuestra imposibilidad de ser felices? Hay estornudos de resfrío y estornudos alérgicos. Hay risas alérgicas? Risas felices? Risas de no supe acompañarte pero te regalo esta mueca? Hay risas de lástima? Hay en algún lado algo de felicidad oculto detrás de la curvatura de una boca capturada para que el resto lo pueda apreciar? Eso de reír para una foto constante que nos saca la vida.

Ya no puedo mirarte a los ojos sin preguntármelo. Esa risa que tenías el otro día, qué tanta felicidad tenía en su interior, cuánto de lástima, cuanto de ganas de estar en otro lugar? Todos tenemos una forma de sonreír y ninguna debería ser puesta a juicio; pero sucede que no puedo dejar de preguntarte en qué momento tu risa dejó de ser feliz.




25 de febrero de 2016

Infinitos diferentes

Por Diego Karnoubi


verdad del ser deshecho
restos de persona, segundos bien ganados,

segundos hechos jirones;

cuando los cálculos fallan no hay resultado
esto de los infinitos más grandes que otros infinitos

aplicado a la vergüenza

es una realidad absurda, embobada,
el rimel de mi lapicera se corre en la memoria

aplicado a los recuerdos

seremos amantes por siempre
en la inocencia de creer en alcanzar una meta

teoría de la vida, de conjuntos, de distancias,

un punto final, una intersección nomás, un desde y hasta,
y sólo después habrá palabras, sin amor, sólo palabras.




23 de febrero de 2016

Sin voz

Por Diego Karnoubi


Tu voz era algo
un último resquicio

y ahora en el silencio no sé adonde ocultarme del olvido.




22 de febrero de 2016

El camino del olvido

Por Diego Karnoubi


Si no supiera
encontrara

hasta entonces,
si no supiera

acaparando flores
golosinas
cristal

de no haberlo sabido
tu sonrisa,
lo que muere muere

sobrevive
aquello que dura mal
pero resiste

el olor es tuyo
es rosa
y verano

libero mis manos
se escapan las cosas
casi todo ahora es nada

desearía no saberlo
que no existiera

el camino de regreso
no saberlo para siempre.


18 de febrero de 2016

Cada voz que escucho

Por Diego Karnoubi


Cada voz que escucho me llena de ignorancia
cada voz que escucho me llena de ignorancia
cada voz que escucho me llena de ignorancia y después odio
cada odio que tengo me llena de ignorancia, por cierto, y lógico,
cada casa que habito me llena de espacios vacíos
cada persona que espero me rebalsa de ansias
cada persona que no olvido me colma de memoria

cada memoria que llega me pide paciencia
cada memoria que llega me muestra un espacio
cada huequito que queda se llena de dudas
cada duda que tengo me llena de ignorancia

igual que el odio, que el espacio, que la memoria;
igual que todo luego de haberte conocido.




13 de febrero de 2016

Capricho

Por Diego Karnoubi


En el desequilibrio de lo esquivo a la vida habrá tiempo de arrepentirme de ser aquello que no pude evitar. Tendré ganas de llorar por mi incompetencia en todo lo que terminó en yerro y de festejar el haber de mi sonrisa que no encoge en agua tibia.

Podré creer que son tus manos
               quererlo por poco
               pensarlo inocente
en el último día consciente del "habrá un día"

después será un hueco, vacío, astilla,

pensar, pasar, clavar las uñas, pedir
               la carne así se seca, lo arrogante
               haber dejado pasar lo más puro
el tropiezo que es cada latido al sujetarte

es que hay errores que no merecen perdón ni castigo;

exijo miles de veces que me respondan, que haya un motivo,
               y así explicar o argumentar, como nacen las certezas
               ni más verdades desparejas, ni más pretextos consentidos,

que me expliques cómo vale más la estupidez que la locura

indómita la mañana, sucumbiendo ante la luz,
               y la luna irrelevante se desliza, se resbala,
               como el sueño entre tus alas, deshacido
y eso que era acariciable arrugado, hecho un bollito,

por capricho, por razón o por supuesto merecido.



11 de febrero de 2016


Digamos que me tiraría de cabeza, en el mismo lugar, aunque no haya agua y sólo piedra, de cabeza hacia el oprobio escondido en su distracción. Pero bueno, así soy yo, tan lleno de acciones sin sentido y tan cargadas de honestidad innecesaria; vacías de algo útil, de un fin, de cada cosa con significado.



9 de febrero de 2016

Simplemente lo es

Por Diego Karnoubi


El problema es tanta fantasía, vivir el sueño de un modo tan natural que se olvidan hasta las columnas del mundo que lo sostiene. Es verdad, te imaginé en una historia para siempre de esta finita y pequeña porción de vida. El problema es tanta ilusión desesperada por concretarse, encajada en un mundo de reglamentos, extraños valores, palabras que resbalan sus intenciones y se convierten en un adiós sin siquiera sentir vergüenza. El problema fue haber escapado un día sin voluntad de regresar. Haber fijado la distancia a miles de vidas diferentes y poblar el ideal de mi destino con la caricia menos probable, el lugar más lejano, las palabras menos nombradas. Un día imaginé, mientras escapaba de mi historia, una nueva historia con más luz, con otras caras, con tu mirada. Pero hoy me di cuenta, sentado en mi sillón de pana gris que sólo estoy escapando y no logro detenerme. No hay llegada, no hay camino, nada es más de lo que yo hubiera imaginado. Atascado en este mundo tan real, alejado de aquel que hubiera creado para esconderme de sus voces. Hoy me di cuenta, si bien pude crear algo de magia, que la única forma de vivir mi fantasía es convertirme en una, la propia idea de las cosas, lo que no es pero quisiera que sea.

De pronto levanto la vista y te veo tan cerca, el pasto es tan verde, hay pájaros y mariposas y están mis gatos y gente a la que quiero y que me quiere. De pronto es todo tan lindo que dudo que vuelva. No sirve de nada. Aquí me quedaré a vivir hasta el día que la realidad me llame al olvido para siempre. Aquí me quedo porque es más lindo. Simplemente lo es.



5 de febrero de 2016

5/2/2016

Por Diego Karnoubi


Será que hoy se acaba el mounstro aferrado
el demonio azul que pervierte tu sonrisa
el desagrado que produce saberte habitándome
así de tranquilo, enfermizo, sincero.


3 de febrero de 2016

Por Diego Karnoubi


Hubiera, esa estúpida palabra que habla de aquello que no fue pero sigue convencida, en algún lugarcito de nuestro espíritu, que algo podría cambiarse del pasado. Tan parecida a una súplica esperanzada de milagros que por simple temporalidad no habrán de llegar a golpear a nuestra puerta. Palabra insensata que enciende ilusiones que nacieron muertas.

Hubieras es peor aún, porque recuesta el peso de sus responsabilidades en otra persona, te adjudica fallas en la forma que hubieras decidido el destino. Te pide cambies algo de aquello que ya no se mueve, petrificado, seco de vida y realidad. Un único hecho, una única vez irrepetible pero con sólo nombrarla te carga en los hombros la responsabilidad de no haber sabido actuar en el pasado para accionar un futuro diferente al recibido.

Hubiéramos, sublime forma de contar el fracaso desde cada posibilidad no sucedida, solucionada por una mágica corazonada de saber que si hubiéramos cambiado el pasado la razón del presente nos llevaría a distinto puerto. Destacando ese futuro en el que ya estamos inmersos, el tiempo compuesto, un condicional del pasado escrito y pensado en el futuro que ya pasó a la historia de los presentes usados y puestos a descansar en la memoria.

Por eso te pido no creer en las palabras amor olvidado. La ilusión, que es mezquina y traicionera, es la peor de las derrotas de un espíritu que aún respira. No escuches sus cantos, no sigas sus melodías. Aquello que hubiera no fue, no hay forma de cambiarlo, y aunque hubieras o hubiéramos no será por repetición del tiempo tu triunfo si no más posiblemente por aprender el olvido certero y desilusionado. Nunca creas en los posibles milagros que nazcan del pasado, sólo te llenarán de muerte, de cosas muertas. Mejor observa tus pasos, el suelo que estás pisando, sentir el olor del aire que llena tus pulmones, y si hay algo del pasado que te ayude a seguir iluminando el camino entonces que ilumine. Como en mi camino tu mirada, como en mi aire tu olor, como en mi derrota tu sonrisa.